Esa noche exhalaste tu ultimo suspiro,
estabas fría, como los pasos gélidos de bárbaros vikingos
conquistando tierras desahuciadas .
El silencio incomodo se reflejaba en tu mirada ,
cuanta indiferencia dejaste en la bañera ,
tu ropa despedía un humor desconocido , ajeno,
supe entender el por que de tu ausencia .
Te confieso, e intentado olvidarte tantas noche ,
entre sabanas prestadas, pasajeras de turno ,
roces forzados y besos alquilados .
Aun percibo el aroma de tu cálida entrepierna ,
ese calor que tanto te caracteriza ,
no puedo negar que mis manos aun buscan tu cuerpo ,
pérfido e inmaculado , tan glorioso y desdichado .
Se que solo fue prestado ,
en un arrebato o capricho de juguetones serafines .
Aun recuerdo la promesa ,
ese juramento tácito que nos hizo uno en su momento ,
mas hoy somos aquel cadáver exquisito,
que desprende aquel pútrido aroma que ya nadie soporta .
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