tripulante asidua de las fragatas de la indiferencia .
Me niegas tu presencia y te despides contra el tiempo
marcando tu compás en contra de mi andar adelantado.
Yo me obsesiono con tus sonoridades, lo se ,
y es el reloj quien marca la pauta de esta extraña amistad sin principio.
A sabiendas de tu inexplicable partida ,
no me apresuro ,ni me inmuto, ni me opongo.
Solo soy el espectador ,
amante de tus atardeceres naranjas,
de tu cítrica predica maliciosa,
de tus ósculos entregados al cielo
en mi protesta contra tus dioses ,
contra tu credo escéptico
por las tardes que no recorro a tu lado,
por las galerías que visitas en compañía ajena.
Es el eco de tu voz en las tertulias que no comparto,
el exilio de tu ser se manifiesta en tu tacita mirada
y voy descalzo por las calles que deambulas,
cuando es mi locura la que intenta descifrar el color de tus pupilas
a riesgo de perder la cordura por un ápice de tu piel.