sábado, 22 de enero de 2022

Los amantes filicidas

 Aun recuerdo el latir de aquel ser que se aferraba a la vida mientras estabas echada en esa camilla, 

el latir convulso de quien vaticinaba su triste destino en una charola plateada, 

la imagen monocromática reflejada en esa pantalla muestra del afecto que alguna vez nos hizo cómplices,

el recorrer de aquellas lagrimas que corrían a cantaros por tus pómulos. 

Lo siento si no pude entender en primera instancia el significado de tu llanto, 

cogí tu mano lánguida y frágil aferrándome desesperadamente a su belleza,

tus pasos trémulos sostenían débilmente mi sonrisa, 

el camino empinado y lluvioso hacia ese pequeño nido que armamos entre llanto y desesperación. 

En tu mirada confundida y ansiosa se vislumbraba la locura acercándose raudamente a nuestras vidas,

fueron tus frases las que laceraron mis tímpanos al oír tu dantesco voto de amor,

recuerdo el camino patibulario al cual fui sentenciado buscando consuelo en tus ojos, 

la tragicomedia del pseudoamor que todo lo puede. 

Tres veces recorrí aquel camino tortuoso del cual regrese agonizando,

tres veces afirmaste tu edicto sin lugar a desacatos, 

lo siento si no pude ser el mismo al regresar por esa puerta,

lo siento si me entregue a los brazos de la dama de plata. 

Todavía puedo oír tu llanto durante aquella noche, 

tu frágil vientre estremeciéndose en aquel colchón en en cual juramos amarnos, 

aun siento mi mano húmeda manchada con aquel liquido escarlata que teñía nuestras sabanas,

los coágulos y el olor a muerte se apoderaron de aquellas paredes que aun cuenta esa cruenta historia que decidimos callar.

Aun recuerdo tus reproches de aquellas noches lluviosas en aquel pueblo pequeño,

el brillo del sol abandono nuestras tardes para siempre en esa ciudad, 

mas hoy me preguntas sutilmente entre odio y rencor  que es lo que somos, 

y te respondo una vez más ... solo somos cómplices de un asesinato.


      


demasiado humano

tu aroma estaba en todas partes  en el trazo tembloroso de cada pincelada  confundiendose con el olor de mis aglutinantes  intentando diluir...